Hagamos un trato: olvidemos por un momento eso de “estrategias infalibles” y “métodos científicos”. Hoy te voy a contar lo que realmente funciona para prepararte para el examen de admisión de la UdeA, con esos trucos que Razona aplica después de ver pasar a miles de estudiantes por sus aulas. ¿Listo para que te cuente los secretos mejor guardados?
1. El examen no es un monstruo (pero sí tiene personalidad)
¿Sabías que el 80% de los nervios vienen de no conocer bien a tu “enemigo”? Te lo presento formalmente: el examen de la UdeA tiene dos grandes áreas.
- Razonamiento lógico-matemático: aquí no te piden ser Einstein, sino pensar como él. Imagina que cada pregunta es un rompecabezas: la clave está en entender qué piezas encajan y cuáles son distractores.
- Comprensión lectora: no es leer rápido, es leer con malicia. Los textos suelen tener trampas sutiles, como esas que solo notas cuando te explican por segunda vez.
Te doy un tip de Estefa: “Cuando un estudiante me dice ‘es que no entiendo la pregunta’, casi siempre el problema está en que no leyó bien las instrucciones”.
2. Tu plan de estudio debe ser como un jean: ajustado a tu medida
¿Has visto esos planes de estudio que parecen hechos para robots? Aquí no. La verdadera magia está en crear tu propio ritmo:
- Haz un autodiagnóstico honesto: toma un examen viejo y marca con rojo las preguntas que te hicieron sudar frío. Esos son tus nuevos mejores amigos para practicar.
- Los bloques de estudio son como series de Netflix: trabaja en intervalos de 25 minutos (sí, la técnica Pomodoro), pero con un giro: después de cada bloque, anota en una libreta qué aprendiste… ¡en forma de meme! La memoria emocional funciona mejor.
- Los simulacros son tu realidad virtual: haz uno cada 15 días. Pero atención: no sirve de nada si luego no te sientas con un café (o un vinito) a analizar dónde te equivocaste.
3. Materiales que realmente sirven (no esos PDF que circulan por ahí)
Te voy a contar algo que duele: muchos estudiantes pierden meses estudiando con materiales desactualizados o que ni siquiera se parecen al examen real.
En Razona tenemos una regla de oro: usamos ÚNICAMENTE preguntas que han salido en exámenes anteriores. ¿Por qué? Porque hemos visto casos de alumnos que dominaban la teoría, pero se bloqueaban al ver la redacción particular de la UdeA.
Ah, y no te olvides de nuestras cartillas. No son esos libracos aburridos: están llenas de espacios para rayar, hacer dibujos y hasta pegar stickers. Como dice Juan David, un exalumno: “Era como tener a Estefa susurrándome al oído en cada página”.
4. Estudiar no es memorizar: es tejer conexiones
Aquí viene uno de nuestros descubrimientos más importantes: el conocimiento es un tejido, no un montón de hilos sueltos.
Te pongo un ejemplo real: Mariana, una estudiante de 2023, siempre se trababa con los problemas de porcentajes. Hasta que un día, en clase, relacionamos el tema con su sueño de tener una tienda de ropa. Ahora, cada que ve un problema de porcentajes, piensa: “¿Cuánto descuento le haría a este vestido en temporada de rebajas?” ¡Y le sale!
5. El lado oscuro de la fuerza (o cómo no dejarse vencer por los nervios)
¿Sabías que tenemos un equipo de psicólogos que solo trabajan en una cosa: ayudarte a no autoboicotearte? Estos son sus consejos más rebeldes:
- La técnica del semáforo:
🔴 Si sientes pánico: PARA. Respira contando hasta 5.
🟡 PREGÚNTATE: “¿Qué haría Estefa en este momento?”
🟢 SIGUE con la pregunta más fácil que tengas a la vista. - El poder de los rituales tontos: Laura, una de nuestras tutoras, siempre lleva una manilla de la suerte. “Es mi ancla: cuando me pongo nerviosa, la toco y recuerdo que ya he superado retos peores y que me preparé con Razona”.
6. Errores que son regalos disfrazados
Te voy a confesar algo: en Razona AMAMOS los errores. Cada vez que un estudiante se equivoca en un simulacro, hacemos fiesta. ¿Por qué? Porque ese error que descubriste hoy es uno menos que tendrás en el examen real.
Aquí está nuestro método para convertir los errores en superpoderes:
- Crea tu “Diario de metidas de pata” (sí, con ese nombre).
- Clasifica los errores: “Distracciones”, “Falta de práctica” o “No entendí el concepto”.
- Para cada error, escribe un consejo que te daría tu mejor amigo.
7. El día D: Cómo ser un ninja en la sala de examen
Llegó el gran día. Respira. Estás preparado. Ahora, estos son los movimientos secretos:
- La estrategia del salmón: empieza por las preguntas más fáciles y nada contracorriente (deja las difíciles para el final).
- El arte de adivinar (legalmente): si no sabes una respuesta, busca patrones en las opciones. ¿Varias terminan en 5? Probablemente la respuesta correcta también.
- Tu reloj es tu aliado, no tu enemigo: practica esto: dedica máximo 1 minuto por pregunta en la primera vuelta. En la segunda vuelta, regresa con tus “rivales difíciles”.
Para cerrar: Esto no es un adiós, es un “hasta pronto”
Si hay algo que nos enseñan los estudiantes año tras año es que la preparación para la UdeA no es un trámite, es un viaje de autodescubrimiento. Cada problema resuelto, cada texto que descifras, te está mostrando de qué estás hecho.
Como nos dice Estefa en cada clase: “Esto no es solo para pasar un examen. Es para aprender a pensar, para dejar de tenerle miedo a los números y las letras. Es, en el fondo, para creerte capaz de lo que sea”.
¿Listo para empezar? Nosotros ya tenemos el café preparado y las cartillas listas. ¡Vamos que vamos!